Después de cuatro meses en Brasil escapando de la incertidumbre del Coronavirus y evitando el alto riesgo de contagios de Covid-19 decidí viajar hacia el sur. Uruguay se convirtió en el país con las mejores medidas en el continente para combatir el virus y disminuir el número de casos. Después de tres días de viaje logré ingresar a sus fronteras cumpliendo con una muy estricta cuarentena y realizando pruebas PCR resultando negativo en las dos ocasiones.
Después de ese tiempo fui autorizado a continuar mi viaje hacia Montevideo mi ciudad N° 200 (Cabe aclarar que han sido 200 lugares visitados) en todo mi viaje y que revisando el mapa de ruta lo noté prácticamente en los días cercanos de mi llegada a esta ciudad. Allí me esperaba mi amigo venezolano y compañero de labores en el Planetario Humboldt, Salomón Gómez y quien además fue mi anfitrión en los días que estuve en esta ciudad.
Como mencioné anteriormente, Uruguay mantiene excelentes medidas sanitarias y de control del virus COVID-19 por lo que es un ejemplo a seguir por las naciones del mundo, sin embargo hay que resaltar que es un país pequeño con fronteras terrestres muy controladas lo cual ha ayudado enormente haciendo posible que sus ciudadanos puedan recorrer tranquilamente cada espacio, tomando medidas básicas pero sin preocuparse tanto por algún contagio, ya que "el aire limpio" se percibe en el ambiente.
Salomón y yo recorrimos la ciudad a pie, visitando el centro de la ciudad, varios parques y plazas, conociendo espacios iconicos y reconocidos sorprendido de cada monumento o anécdota de la ciudad.
La famosa rambla la recorrimos en varias partes siendo la última en bici, pero lo encantador de este lugar es la cantidad de personas que la recorre a diario, sin duda un espacio de integración increíble, que en los últimos días del invierno austral posee una configuración de clima muy agradable.
También fui invitado a recorrer en un día varias ciudades vecinas a Montevideo, como la famosa Punta del Este y Piriápolis pasando por varios lugares de interés en la ruta.
Mirador Punta Ballena
Casa Pueblo
Dedos, Punta del Este
Finalizando con un mágico atardecer sobre Piriápolis.
También, otra de las visitas realizadas entre estas fechas fue por supuesto, la del Planetario de Montevideo, el primer planetario del continente y recién remodelado. La primera vez que me dispuse a visitar este lugar fue en diciembre de 2019, después el Encuentro de APAS y mi primera visita a Uruguay, momento en el que era Re-Inaugurado el planetario, no obstante, por temas logísticos regresé a Argentina, posteriormente en el mes de marzo de este año, encontrándome en Bagé estuve a pocos Km de Uruguay y no pude ingresar por la pandemia, pero esta tercera vez, no fue la vencida, logrando entonces disfrutar de la visita junto a su director Oscar Mendez quien muy amablemente nos recibió y mostró las novedades del lugar.
Es el planetario número 41 de mi recorrido y si bien fue el primero en el continente, nuevamente lo es en esta nueva etapa de la humanidad en re abrir, bajo ciertas condiciones, sus puertas al público. Allí conocimos la muy interesante renovación de su tecnología y unas breves demostraciones de sus funciones que invitan al público a reservar y las futuras exhibiciones que serán inauguradas en los tiempos mejores que seguramente están por venir.
Una semana de descanso fue necesaria después de tanto recorrido, pero además fue aprovechada para finalizar el Curso de Identificación de Estrellas de la Sociedad Planetaria Albireo y planificar lo que será el siguiente paso de Mochileros Astronómicos.
Para concluir el mes de agosto una visita al más antiguo y más importante de los muchos observatorios astronómicos escolares de la ciudad y compartimos con los representantes del club de astronomía, compartimos experiencias e ideas y creamos nuevos lazos de amistad.
Creo que uno de los momentos más bonitos que viví, (además de lo bonito que se siente entrar a un observatorio astronómico) fue entrar a su biblioteca y ver tantos, pero tantos libros de astronomía, tan variados y clasificados, reliquias de la astronomía y astrofísica y ciencias en general pero nada me cautivó mas que encontrar una copia de uno de los libros que en mi infancia me despertó y reforzó mi amor por la astronomía, un libro de la biblioteca del barrio en el que crecí en Caracas y que leí al derecho y al revés, que me llenó de alegría y nostalgia.
Una vez en la cúpula encontramos un hermoso telescopio Zeiss refractor. El más antiguo del país y en perfecto estado, de casi 100 años de antigüedad y desde donde se realizaron muchos de los estudios y otros descubrimientos y co-descubrimientos, observación de eclipses importantes y que acumula gran cantidad de anécdotas de quienes han pasado por allí. Tristemente y a pesar de una bonita conjunción de Júpiter con la Luna, se encontraba mayormente nublado, por lo que no pudimos hacer observaciones con este equipo.
Daniel Fernandez fue un gran anfitrión, no sólo nos guió por todo el lugar y contó lo antes acá citado, sino que compartió además su pasión e interés por seguir creciendo en el ámbito de la educación y divulgación astronómica, nos habló del funcionamiento de los observatorios escolares, el lugar que ocupa Uruguay como el único país de suramérica en tener la astronomía como materia curricular y que he corroborado en mis viajes, así como los trabajos realizados con su equipo durante la situación de pandemia, un joven inspirado con ganas de seguir inspirando a los más de 2000 estudiantes que forman parte del IAVA, colegio donde se encuentra este observatorio.
Por último, desde esta ciudad, reviví un momento muy especial como planetarista, participando en la presentación de "El Cielo de Esta Noche" como parte de las actividades OnLine del Planetario de Medellín conversando sobre la "Danza de la Luna" y reviviendo los momentos en los que pasé por este hermoso lugar en los inicios de mi viaje por Colombia.
Así fueron las aventuras del mes de agosto en la ciudad de Montevideo, un itinerario no planificado pero que quedó bastante bien y permitiendo que nuevas ventanas y oportunidades se dieran en el momento. Una gran noticia llegó y por lo cual comencé a trabajar diligentemente mientras disfrutaba de todo lo anterior, no obstante, la ruta de mochilero me presentaría dificultades para las que no estaba preparado, saltaron a mi presente asuntos que omití durante años y que no pensé, fueran a afectarme en esta nuevo camino.
Mi nacionalidad se convertiría en la carga más pesada de mi Mochila Astronómica, carga que cayó con toneladas de papeles y de la que lenta y dolorosamente he comenzado a levantarme y caminar, levantarme y poco a poco vaciarla mientras avanzo, avanzar para soltarla, soltarla para poder saltar y saltar para poder volar. Una explicación bien detallada dejaré para ustedes en mi próximo post. Mientras tanto, muchas gracias por el apoyo.
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