Texto por Erika María Pinilla Montes
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Bryant González es un venezolano que encontró en la astronomía la oportunidad de sobreponerse a la crisis de su país. En poco tiempo logró convocar más de 200 personas aficionadas por las estrellas en Manizales.
En Caracas, Venezuela, un niño de diez años leía un libro sobre ciencia cuando de repente sus ojos se vieron atraídos por una imagen del sistema solar. Sus pupilas comenzaron a recorrer con ansias las figuras de los cuerpos celestes en la imagen y ese niño, Bryant Gónzalez, comprendió que este tema le causaba tremendo interés e intriga. ¿Qué es un planeta, por qué son diferentes, por qué giran alrededor del sol, qué es la gravedad? se preguntaba este niño que se volvió un ratón de biblioteca y años después dejó su país para recorrer el mundo con su mochila y una mente llena de conocimientos sobre astronomía.
Durante la crisis de su país, Bryant se vio en una situación difícil y encontró la respuesta en el cielo. Pese a tener estudios en informática e idiomas modernos no pudo conseguir un trabajo en el vecino país, pero al mirar los astros supo que sus conocimientos sobre astronomía le ayudarían a encontrar oportunidades en cualquier otro lugar.
Fue así como emprendió su viaje por Colombia comenzando en Cúcuta. Allí presentó un proyecto de emprendimiento para intercambiar conocimientos por hospedaje y comida. Para su sorpresa, recibió respuesta de entidades en Bucaramanga y Bogotá que estaban interesadas en compartir saberes con él. Los pocos recursos con los que contaba hicieron que Bryant caminara tres días de Pamplona a Bucaramanga y otros tres días hasta Oiba (Santander), donde abordó un bus a la capital. En su ruta el nombre Manizales no figuraba por ninguna parte. Sin embargo, la Fundación Huella Cero, entidad que trabaja en defensa de los ecosistemas de páramo en Colombia, lo invitó a la capital caldense para hacer parte de Gemínidas, un evento en el Alto de Letras realizado en diciembre de 2017.
Durante el encuentro hubo al menos 300 participantes, entre los cuales estaba Luis Alzate, empleado del Museo Samoga y el Planetario Itinerante que había sido trasladado al Alto de Letras. Luis vio gran potencial en Bryant y lo llevó a la Universidad Nacional para hablar con el profesor Gonzalo Duque Escobar, referente local de la astronomía.
En esta crucial charla, Bryant le propuso al docente realizar un curso público para dar a conocer su proyecto Mochila Astronómica. Duque aceptó y le permitió dar una clase en su asignatura Contexto de Astronomía para que sus estudiantes lo conocieran y se vincularan al curso.
En este curso para estudiantes y aficionados se trataron temas como astronomía de posición, navegación estelar, identificación de constelaciones y estrellas. Para esto se realizaron observaciones el Museo Samoga y salidas de observación. Al terminar su taller entre marzo y abril, Bryant aceptó invitaciones para presentarse en Cali y Medellín, y justo un día antes de partir le llegó una invitación de Telecafé para visibilizar su trabajo. “Mi proyecto era el curso, ya lo terminé y me voy, pero no puedo desaprovechar esta oportunidad, tengo que hacer algo”, se dijo a sí mismo.
Una constelación de aficionados.
Así de espontánea surgió la idea de crear el Grupo de Astronomía Aficionada de Caldas (GAAC), pues el departamento debe su nombre al astrónomo Francisco José de Caldas. Este colombiano nacido en el siglo XVIII fue el primer director del Observatorio Astronómico de Santafé y observó la aparición del primer satélite de Júpiter con la que fijó la longitud de Popayán.
Sebastián Sepúlveda, estudiante de Ingeniería Electrónica y actualmente uno de los administradores del GAAC, conoció a Bryant mientras cursaba la materia de Astronomía en la Universidad Nacional. Su afición eterna por las estrellas y sus locos sueños por ser astronauta e ir a la luna vieron una forma de materializarse en su día a día por medio del curso y las salidas del grupo. Además aportó al crecimiento de este por medio del voz a voz. Él le contó a su amigo Brandon Lotero sobre el grupo, a quien también le ha interesado siempre la astronomía y considera que “muchas veces la gente tiene esa fascinación por la astronomía pero no da un paso para acercarse a ella porque la educación que tenemos no está enfocada en esto”.
Juan David Álvarez y Brandon Lotero son algunos de los aficionados por las estrellas.
El interés de las personas por hacer parte de las salidas y observaciones aumentó a tal punto que se creó un grupo en WhatsApp en el que hay aproximadamente 200 personas, uno en Facebook con casi 300 integrantes, una cuenta de Instagram y un canal de YouTube en el que realizan noticieros científicos. Además, como grupo realizan cafés científicos cada mes. Estos cafés son encuentros mensuales en los que una persona que domina un tema relacionado con la astronomía puede exponerlo frente a un público que se convoca con anterioridad en Coffee Royal. Hasta el momento van cinco de estos encuentros en los que surgieron temas como el sistema solar, planetas extrasolares, biología, minería en el espacio, vida en otros planetas, telescopios e incluso ciencia ficción.
Para Juan David Álvarez, estudiante de Geología y administrador del grupo, la variedad de temas que se han tratado en los cafés científicos se deben a la heterogeneidad del GAAC. “No hacemos una exposición tipo NASA hablando de tecnicismos, sino que hablamos de temas de interés general que pueden llegar a la gente con facilidad y llamar la atención”.
Por otro lado, las salidas que realizan para hacer observación de astros depende totalmente del clima, por lo que deben hacer un monitoreo previo. Algunas salidas dentro de Manizales surgen de forma espontánea si el cielo está despejado, pero las que requieren de mayor desplazamiento están sujetas a eventos astronómicos como lluvias de estrellas.
Entre las salidas que han realizado se encuentran la lluvia de estrellas líridas en un campamento en la finca Crecer Juntos, la lluvia de estrellas delta acuáridas en el Nevado y la observación de estrellas perseidas en una salida al Desierto de la Tatacoa. Además de la oposición marciana del 27 de julio que coincidió con la fecha de un café científico, y una lunada para observar la Superluna el 25 de agosto en la Pesebrera Santa Cruz.
Para hacer parte del grupo no es necesario tener conocimientos previos sobre astronomía, tener equipos de observación sideral ni estudiar una carrera afín a la ciencia. Valeria Giraldo es el ejemplo perfecto de esto. Ella es licenciada en música y se unió al grupo sin conocer mucho sobre astronomía. Al entrar comenzó a indagar sobre los fenómenos y eventos astronómicos y a empaparse de la información compartida en el grupo y las salidas. Ahora es una de las administradoras del grupo y está dedicada a impulsar este proyecto a nivel departamental con su participación en los cafés y noticieros científicos.
“También queremos contar con los espacios que tiene Manizales porque mucha gente no sabe que aquí contamos con herramientas astronómicas como el Domo del Ecoparque Los Yarumos, el Museo Samoga, el Observatorio de la Universidad Nacional y el de la Universidad de Manizales (recién inaugurado)”, cuenta ella. Como grupo han organizado diversas visitas a estos sitios para darlos a conocer y se visualizan a futuro con apoyo de estas entidades.
Para el resto del año, el GAAC tiene planeado realizar observaciones de lluvias de estrellas oriónidas y gemínidas. También participarán en la campaña internacional de búsqueda y rastreo de asteroides, para la cual fueron entrenados por Bryant y tendrán la posibilidad de descubrir su propio asteroide. Hay una meta a la que le están metiendo la ficha y es asistir al encuentro de la Red Astronómica de Colombia en Medellín en octubre, en el que tienen la posibilidad de presentar una ponencia sobre su trabajo a lo largo de este año y lograr ser reconocidos como grupo de astronomía. Esto último les daría mayor posicionamiento en la región para continuar realizando diversos proyectos que tienen en mente para el resto de Caldas.